Visitar en Campello el restaurante Andra Mari es sinónimo de jolgorio gastronómico. Con una historia de más de 30 años y un enclave magnífico donde su cuidada sala ya deja prever lo que vas a poder encontrar en su carta.
La importancia del producto fresco
Producto muy bien elegido, donde y principalmente los fines de semana o vísperas de festivos acuden al Mercado de Alicante para abastecerse y repletar sus vitrinas con el mejor marisco, como puede ser gamba blanca, quisquilla, gamba roja, almeja de carril y ostra, siempre dependiendo de lo que mejor ofrezca ese día el mar y ya no sólo el mar.
Como no podría ser de otra manera, pudimos degustar unas Alcachofas salteadas con jamón ibérico y ajo, haciendo gala al producto de temporada.
Como no podría ser de otra manera, pudimos degustar unas Alcachofas salteadas con jamón ibérico y ajo, haciendo gala al producto de temporada.
Un festín para los sentidos
En esta ocasión veníamos convencidos de hacer una inmersión en su cocina de cuchara, y es que sus Manitas de cerdo con boletus o los Callos con pata y morro a la vizcaína son un claro ejemplo de su dominio de los fogones. Me atrevería a decir que esos callos son de los mejores que he podido degustar hasta el momento.
También, y cómo no, había que hacer una breve incursión en el mar, donde pudimos degustar sus famosas Cocochas de bacalao frescas al pil pil. No diré nada, sólo que las pruebes, y si lo haces, pide pan, mucho pan o el Bacalao en tres versiones, las cuales, además de estar muy ricas, invitan a jugar un poco al quién es quién, todo conjugado con un punto perfecto del bacalao, jugoso, jugoso.
También, y cómo no, había que hacer una breve incursión en el mar, donde pudimos degustar sus famosas Cocochas de bacalao frescas al pil pil. No diré nada, sólo que las pruebes, y si lo haces, pide pan, mucho pan o el Bacalao en tres versiones, las cuales, además de estar muy ricas, invitan a jugar un poco al quién es quién, todo conjugado con un punto perfecto del bacalao, jugoso, jugoso.
Para terminar con este recorrido entre muy buenas viandas, zanjamos la parte salada de la comida con un Entrecot de ternera de los montes de Toledo para el cual prácticamente no hacía falta cuchillo para cortarlo, acompañado de unos pimientos y unas patatas caseras recién fritas, como debe ser.
En la zona dulce optamos por su tradicional Pastel vasco con helado de frutos rojos. Y obligatorio pedir, ya que no es algo habitual poder hacerlo, la Goxua con helado de mantecado, una excelente combinación.
Queda pendiente en una no muy tardía visita, ahondar en sus menús, como pueden ser "Degustación", "Alubias y Chuletón" o "Alubiada", entre otros. Yo creo que tengo ya claro cual será el elegido...
Me gustaría destacar su bodega, muy bien cuidada y seleccionada, donde en esta ocasión pudimos disfrutar de un Itsasmendi Eklipse, un Txakoli tinto que no dejará indiferente a nadie, La Bicicleta Voladora, una Garnacha elaborada en la D.O. La Rioja y la cual no suele ser muy vista en cartas, además de y para armonizar con los postres, un Moscatel de Alejandría elaborado en nuestra provincia como es el M de Alejandría donde previa a su elaboración los granos de uva son congelados.
El restaurante Andra Mari es mucho más que un lugar para comer, es un santuario culinario donde la tradición vasca se fusiona con la frescura del Mediterráneo. Cada plato es una oda al buen gusto y la excelencia gastronómica, haciendo de cada visita una experiencia inolvidable.
