No podemos olvidar que una de las mayores revoluciones que ha vivido la sociedad española, además de la Transición, es la gastronómica. En paralelo a ella, la vitivinícola es otra de las que ha vivido un giro copernicano, y su evolución en los últimos 30 años ha sido prodigiosa.
Si en los años 80, sufrimos un deterioro o un retroceso en el cultivo y en la elaboración del vino, el fin de siglo y las primeras décadas han traído nuevos vinos que, sin duda, han sorprendido al más avezado amante de esta bebida, que es una de la más histórica que conocemos, pues los prehistóricos habitantes del planeta ya elaboraban vino.