Cuando las cosas se hacen con ilusión y tanto cariño que brindan Petra y José y, además, cuentas con el bagaje previamente adquirido en su conocido proyecto Bokado en Finestrat, sale como resultado este bonito local. Han querido dar un salto tanto en bodega como en las elaboraciones que ofrecen, pero aún así siguen manteniendo la tapita que acompaña a la bebida que elijas, ¡aquí nadie pasa hambre!
Siempre, casi como norma, en mi primera visita a un local, intento probar la mayor cantidad de platos posible, o como fue el caso, al menos uno de cada sección de la que se compone la carta.
Comenzamos con unas gyozas, que puedes elegir cocinadas a la plancha, al vapor o fritas. Nosotros optamos por las fritas, de verduras, de langostinos con su coral y mis favoritas, las de rabo de toro, que culminaron la degustación. Luego llegaron las croquetas, donde pudimos probar tres sabores diferentes, siendo la de chipirones en su tinta la que más gustó.
Las vieiras con perlas de yuzu y un alioli suave pero sabroso de ajo negro venían acompañadas de uno de los platos más originales de la carta: Canelón de gambas, champiñones y foie. Estaba tan delicioso que nos dejó con ganas de más, una sensación que siempre es una buena señal.
Por supuesto, había que explorar las opciones de la huerta, y el plato elegido, que cada vez se encuentra en más cartas, fue Flor de alcachofa con foie y crujiente de jamón. Parece un plato sencillo, pero es necesario saber tratar y limpiar bien la alcachofa, como en este caso.
El crujiente de salmón con mostaza y miel, un plato con una combinación sabrosa y contundente, fue seguido por la hamburguesa de vaca gallega. Insisto, cuando se elige un buen producto y se evitan las adornos innecesarios que a menudo acompañan esta preparación, el resultado es que en mi próxima visita no compartiré la hamburguesa...
Como colofón a la parte salada, una brocheta de pollo no solo impresionaba por su presentación original, sino que también ofrecía un viaje sensorial a Marruecos. Directamente traían las especias desde allí para mezclarlas y luego macerar la carne.
En la parte dulce, disfrutamos de un par de clásicos: Coulant de chocolate, esta vez en una versión sin gluten, y Tarta de queso con frambuesas. Además, nos sorprendió gratamente Cereza del Jerte, una crema de chocolate blanco coronada con una cereza dulce, lo que nos hizo reflexionar sobre el escaso uso culinario de este delicioso producto.
Todo esto acompañado de un servicio cercano, simpático y ágil, donde puedes dejarte recomendar por José si tienes dudas sobre qué vino acompañar tus platos. ¡Qué bien le viene este aire a esa zona!..
Avda. Rosa de los Vientos, 11
03570 La Cala de Villajoyosa
03570 La Cala de Villajoyosa
