No sé si los lectores de este artículo han tenido alguna vez un barco, ya sea de motor o de vela, o si han navegado acompañando a alguien que sí lo tenga. Pero, sin duda, la llegada a puerto después de una jornada en el mar se convierte casi en un ritual: regresar cansado, con el cuerpo cubierto de salitre; atracar con precisión; limpiar el barco con agua dulce, prestando especial atención a los aceros inoxidables; y, si es un barco de vela, recoger con cuidado el aparejo y las velas. Todo debe quedar preparado para el siguiente día.

Luego, sentarse en la bañera del barco con los amigos, gin-tonic en mano, mientras se comenta la jornada y la tarde va cayendo. Cuando las luces del día se apagan, llega el momento de una ducha refrescante, un poco de arreglo personal, y salir a cenar, preferiblemente en un restaurante cercano, dentro del mismo puerto, donde la brisa marina aún acompaña la velada.


Yo mismo me he encontrado más de una vez en esa situación, y les aseguro que no hay nada más gratificante que encontrar, para esa cena tan esperada, un restaurante como Saltea, situado en el Puerto Deportivo Luis Campomanes de Altea (Alicante).


Un lugar que se convierte en el broche perfecto para un día de navegación, donde la cocina de calidad y el ambiente acogedor se fusionan para ofrecer una experiencia memorable.


Con un interiorismo cuidadosamente diseñado y una terraza especialmente acogedora, Saltea ofrece una experiencia gastronómica tan relajante como su entorno.



Su chef, Miguel Ángel Cuevas, con una destacada trayectoria en algunos de los restaurantes más reconocidos de Alicante, asegura una cocina que respeta y realza la materia prima, siempre de la mejor calidad.



Uno de sus platos estrella es Arroz con langosta mediterránea, una delicia que captura la esencia del mar y la tradición culinaria local, convirtiéndose en una opción imprescindible para los comensales que buscan una experiencia única.


Entre las propuestas más recomendables de Saltea se encuentran los Chopitos rebozados, pequeños calamares con un crujiente rebozo y una delicada espuma de alioli con tinta de calamar; una combinación ligera, sabrosa y elegante.


Además, no pueden dejar de probar la Zarzuela de pescado y marisco con bogavante, una versión española de la bullabesa francesa, un plato poco común en las cartas alicantinas, pero que aquí se presenta con una ejecución impecable, ofreciendo un sabor intenso y auténtico que captura lo mejor del mar.


Y si usted no navega, no se preocupe: Saltea sigue siendo el lugar perfecto para disfrutar de una comida o cena junto al mar.



Con su ambiente acogedor y su excelente cocina, Saltea se convierte en un refugio en el puerto para todos, ofreciendo una experiencia gastronómica única que captura la esencia del entorno marino, tanto para los amantes del mar como para quienes simplemente buscan una velada inolvidable junto a él.
