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Sant Joan: comer a luz de las Hogueras

Gastronomy & Gourmet
La fiesta más tradicional de Alicante conlleva una serie de platos y delicias gastronómicas que se degustan especialmente en estas fechas. Una mezcla de tradición, fiesta y vanguardia que agradan a los visitantes y deleitan a los festeros.
Suena, atruena la mascletà y después de la explosión de pólvora, de la descarga de adrenalina, una muchedumbre hambrienta se dispersa por la ciudad de Alicante. “Las Hogueras de Sant Joan no son sólo una fiesta para los sentidos visuales y auditivos, sino también para el paladar”, nos asegura José F. Mancebo, director del Patronato de Turismo de la Costa Blanca.
Es el momento de degustar los platos típicos alicantinos, como la coca amb tonyina, la coca de Moyietes, las brevas, y, por supuesto, los arroces tradicionales, especialmente el arroz a banda y el senyoret. Durante las Hogueras se convierten en platos protagonistas de muchas comidas y cenas festivas.
Previamente, los festeros han cumplido una tradición secular: L’esmorsaret, un agasajo culinario compuesto sobre todo con tomate natural y salazones, que se toma antes del aperitivo y donde se degusta la clásica paloma, una bebida a base de anís y agua, que es toda una institución para los festeros.

Un poco más tarde, en la merienda, el limón, la horchata, los helados y granizados y los bollos tradicionales, se convierten en los protagonistas.
“La gastronomía en las Hogueras tenía un gran componente popular”, nos recuerda Mariano Sánchez Soler, escritor alicantino. “La mayoría de la gente aportaba las comidas que habían preparado y luego se compartía con propios y extraños. El invento de las barracas como una especie de club privado es bastante posterior”.
Lo cierto es que, en la actualidad, el nivel culinario que se mantiene tanto en los restaurantes como en los racós y barracas marca la diferencia y contribuye a la excelencia gastronómica de Alicante. Incluso desde las administraciones públicas se incide en la necesidad de tener paciencia y comprensión hacia un sector que en muchos casos tiene que responder a una enorme demanda.
“Hay que tener en cuenta que la gastronomía suele estar en los primeros puestos del ranking a la hora de atraer visitantes. La calidad y la variedad de la comida local añaden un valor significativo a la experiencia festiva”, nos asegura José F. Mancebo. En efecto, un paseo por las principales barracas y racós demuestran la importancia y variedad de la oferta gastronómica, con una presencia notable de las especialidades alicantinas. Y en los restaurantes, en Hogueras, es casi misión imposible conseguir una mesa sin una reserva efectuada con mucha antelación.

Pólvora, música, arte y fuego, ingredientes imprescindibles de las Hogueras a los que hay que añadir, sin duda, los suculentos manjares alicantinos.
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